Desde que se desató la crisis en la frontera norte, el 27 de enero pasado, Ecuador ha vivido sobresaltado. Atentados con coche bomba, explosiones, ataques con fusil contra miembros de nuestras Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, secuestro y asesinato de tres periodistas de El Comercio, cuatro infantes de Marina muertos, terror y miedo. Ese es el estado sembrado por grupos disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que se marginaron del proceso de paz en su país.Teníamos una frontera desguarnecida, no existía seguridad y los narcotraficantes entraban y salían del territorio ecuatoriano libremente.