Los legisladores tienen una de las tareas más importantes para el desarrollo de la ciudadanía y del Estado. Crear, modificar o derogar una ley es lo que, de manera abreviada, hacen en las asambleas o congresos nacionales. No obstante, la labor legislativa implica una serie más grande de responsabilidades y deberes que tienen efectos e implicaciones en la vida de todos los grupos que conforman una sociedad. En el caso de nuestro país, el trabajo del asambleísta ecuatoriano de la última década, ya sea desde la constituyente o la nacional, parece haber sido exhaustivo y abundante, pues no es tarea fácil reformar casi todo el ordenamiento jurídico de un país. (...) Los asambleístas deben conocer, a través del estudio, que la ley juega un papel importante en el fortalecimiento de las normas sociales previas o en estimular nuevas preferencias y valores. Pensemos en el acoso sexual: las normas de protección a la mujer han existido hace muchos años, pero por miedo o una extraña costumbre social, las mujeres no suelen denunciar este hecho.