El periodista Alfredo Pinoargote, en su comentario de apertura de semana, recordó que históricamente los casos de delitos contra el Estado han tenido y tienen dos escenarios: el político y el judicial, en consecuencia, dos soluciones. La sanción política de defender el cargo, a la larga debilita al caso judicial porque este se negocia, tal como están las cosas, Jorge Glas en su perfil de peleador callejero ha roto la rutina histórica de la fuga, por lo cual la incomodidad de su presencia aún le permite patalear por una solución judicial. Si ordenan su prisión y huye la solución política es la más cómoda, se evita el juicio político y es destituido por abandono del cargo, si se queda no sabrán qué hacer con él, pero corre el riesgo que el dictamen acusatorio de la Fiscalía sea por delitos imprescriptibles que fundamentan el juicio político y la censura con una coreografía de ropa tendida que puede hacer tambalear al proyecto político. "Este es su as bajo la manga a fin de negociar con su eventual renuncia una pena moderada como las que históricamente ha habido siempre desde la venta de la bandera".