Paúl Carrasco, prefecto de Azuay, destacó la ayuda de todos los azuayos a las personas damnificadas por el terremoto en Manabí y Esmeraldas, además de que presentó su idea de cómo podría reconstruirse las zonas devastadas por el fenómeno natural. Informó que apenas sucedió la tragedia, se activó el banco de alimentos, que es un sistema de 300 voluntarios que guardan alimentos y agua, para formar canastas familiares que se venden para personas de bajos recursos a $1. También señaló que la inmensa ayuda de los azuayos ha sido enviada desde el pasado lunes, por medios terrestres y en 3 vuelos contratados por la prefectura. Además, Azuay también ha colaborado con maquinaria. “Son 200 toneladas entregadas”, enfatizó. Carrasco aseguró tener una propuesta para la reconstrucción de las zonas afectadas por el evento telúrico. “No solo es un tema de maquinaria, sino organizar el territorio en zonas de parte de las prefecturas de Manabí y Azuay, y que permita a que cada gobierno provincial (del país) se encargue de reconstruir cada uno de estos sectores”, finalizó.